Actualitat 2010

30 11 2010 Jugar al aire libre: una oportunidad para desarrollar el cuerpo y la mente

Que el juego es una actividad esencial para cualquier niño es un hecho universalmente conocido. Este artículo trata, breve pero concisamente, los beneficios del juego al aire libre para los niños, para los padres y para la vida familiar en general.

Que el juego es una actividad esencial para cualquier niño es un hecho universalmente conocido. Este artículo trata, breve pero concisamente, los beneficios del juego al aire libre para los niños, para los padres y para la vida familiar en general. Algunos de los puntos en los que las autoras hacen especial hincapié son el hecho de que el juego es el principio de las relaciones sociales para los niños, sentando bases para un comportamiento futuro en sociedad, o que el cansancio provocado al ejercitarse puede ayudar a evitar tensiones posteriores en el seno familiar.

Fuente: Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria:

Que el juego es una actividad esencial para cualquier niño es un hecho universalmente conocido. A la par que les entretiene, que jueguen al aire libre significa que sus hijos hacen ejercicio y socializan con otros niños en un ambiente neutro. El artículo Jugar al aire libre: una oportunidad para desarrollar el cuerpo y la mente fue publicado en febrero del 2010 en la Revista electrónica de información para padres de la AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria). Trata, breve pero concisamente, los beneficios del juego al aire libre tanto para los niños como para los padres, así como para la vida familiar en general.

Pese a todo, no es tan fácil llevar el juego saludable a la práctica. En el paisaje urbano hay poco espacio para los parques o zonas verdes amplias y seguras. Asimismo, combinar horarios laborales para acompañar a los hijos a jugar, por ejemplo, no es precisamente fácil. El artículo no es más que otro buen motivo para decidirse, ya que lista las ventajas de la actividad al aire libre y el juego entre compañeros.

Uno de los puntos en los que las autoras hacen especial hincapié es el hecho de que el juego es el principio de las relaciones sociales para los niños. Habilidades como la capacidad de cooperar con otras personas, mantener las amistades o la capacidad de liderazgo empiezan a desarrollarse mediante el juego. Por ejemplo, el momento de sentar las reglas del juego les permite desarrollar un amplio abanico de capacidades el área de la sociabilidad, como la flexibilidad o la empatía.

El hecho de que los juegos se realicen al aire libre añade otra dimensión al asunto, puesto que el espacio no está tan organizado como en casa o en una ludoteca, por ejemplo, lo que les invita a dejarse llevar y utilizar la imaginación. Durante el juego, las relaciones interpersonales empiezan a tomar forma. Tomar decisiones del estilo de ?a qué se juega?, ?con quién se juega? o ?cómo se hace? ya exige una mínima capacidad de cooperación y compromiso. Por otra parte, jugar fuera de casa comporta, ineludiblemente, el explorar nuevos territorios. La curiosidad natural de los niños les ayudará a familiarizarse con los nuevos espacios, independizándose así de la monotonía de lo conocido.

Otro beneficio del juego, esta vez más evidente, es el hecho de que tanto niños como adultos están realizando una actividad física. Ha sido demostrado científicamente que, precisamente la actividad física, disminuye tanto los síntomas depresivos como la ansiedad. No sólo eso, sino que muchos profesores han podido percatarse de que, los niños más activos en el juego, suelen ser capaces de prestar atención en clase, seguir instrucciones o colaborar en grupos.

Además, como consecuencia de la intensa actividad, es fácil que los niños descarguen su energía, disminuyendo así la probabilidad de pelearse entre ellos o tener rabietas a posteriori.

Una vez dispuestos, muchos padres suelen encontrarse con una serie de dudas: ?¿A qué jugar? ¿Qué
puedo hacer con ellos? ¡No recuerdo ningún juego!?. Pues bien, esos aspectos no deberían ser motivo de preocupación. Una de las oportunidades que presenta el juego al aire libre es la improvisación, el uso de los espacios y la imaginación en un lugar abierto y sin límites. Se pueden improvisar juegos sobre la marcha o, mejor aún, dejarse guiar por la imaginación de su hijo. Los niños no suelen tener dificultades para crear nuevos universos a partir de los hechos más banales. Y una vez tomada la decisión, lo único que queda es encontrar el lugar adecuado y llevarse a los niños.

 

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